Luján sufrió su tercera derrota consecutiva

El equipo de Garate no jugó bien y en un terreno en malas condiciones perdió por 2 a 1 ante Defensores de Cambaceres.

Luján sufrió su tercera derrota consecutiva esta tarde al perder por 2 a 1 frente a Defensores de Cambaceres de visitante, en un flojo partido y en un terreno en malas condiciones.

Por una nueva fecha del torneo de la Primera División C, el conjunto Lujanero se presentó en el estadio 12 de Octubre ante Defensores de Cambaceres. Un total de cinco cambios presentó el elenco Lujanero entre futbolistas lesionados, sancionados o por disposición técnica.

El elenco dueño de casa se hizo dueño de las acciones ante un dubitativo elenco del Lujanero. Y eso se tradujo en el tanteador. El 1 a 0 llegó luego de un tiro de esquina en la cual Fernando Pascuale ganó de cabeza para superar la estirada de Ignacio Gallardo aunque la jugada debió haber sido invalidada por posición adelantada de Bravo que obstaculizó la visión del uno visitante.

Luján pudo haber igualado con un cabezazo de Valentín Ciancio que el arquero Blas Merino con una mano desvió al tiro de esquina. Sobre la media hora de juego llegó el 2 a 0 tras una mala entrega de Marcos Giacovino que aprovechó Galvan para robar la pelota y ceder el centro atrás que Tomás Bravo con todo el arco a su disposición puso el 2 a 0.

Luján no supo cómo inquietar a Merino y con el parcial favorable al Rojo se fueron al descanso.

En el segundo tiempo, el Lujanero intentó llegar al descuento ante un Cambaceres que se abroqueló atrás y apostó su suerte a algún contragolpe. De tiro libre lo tuvo Gonzalo Cañete pero el arquero Blas Merino desvió al tiro de esquina.

Sobre la media hora de juego y tras un tiro de esquina y la arremetida de varios jugadores de Luján, llegó el descuento por intermedio del goleador Mateo Tarrio. En los minutos finales todo fue del Lujanero que a puro centro buscó la igualdad pero no acertó incluso estuvo cerca con un cabezazo de Mateo Tarrio apenas desviado pero se volvió desde Ensenada con las manos vacías ante un limitado adversario aunque con mucho entusiasmo.