El ritual de Ciro y Los Persas hizo vibrar a Luján

Ritual: conjunto de ritos de una religión, de una iglesia o de una función sagrada. La definición pertenece a la Real Academia Española. La definición también se asemeja a la calificación de los recitales de Los Piojos, banda ya dividida. Sin embargo, el ritual se trasladó a Ciro Martínez, su ex líder. El amor renació con idéntica pasión, escribió el cantante en su primer corte difusión. Y no le erró en nada. "Qué placer verte otra vez…".
El viernes por la noche, el ahora solista Ciro Martínez y su banda Los Persas hicieron vibrar a Luján con un show impecable de más de dos horas, ante cerca de 3.000 personas. Fanáticos y principiantes bailaron, saltaron, gritaron y aplaudieron hasta quedar casi exhaustos en Wanaca Disco.
"Y qué más, para imaginar", explotó en la garganta de Ciro para arrancar con una guitarra eléctrica y violenta del tema Banda de Garage. De repente, todo quedó a oscuras, "cuando las luces ya se apagan, hacen temblar todo el país", como reza la canción, y abajo, en el piso, estalló el pogo. Y enseguida llegó el primero de los clásicos más pedido por los piojosos: Te diría, y todas las miradas se posaron en el cantante, especialista en el manejo del escenario, frenético bailador de pasos extraños, imitando por momentos la estética de Mick Jagger.
"Buenas noches Luján", apenas saludó Ciro. Y siguió. Como siempre el homenaje a Pappo Napolitano estuvo presente: "Algo ha cambiado (dentro de mí)", casi como explicando su momento artístico. Pero quizás el momento menos esperado fue ese recuerdo al fallecido ex presidente Néstor Kirchner. "Más allá de muchos errores –sostuvo-, es el mejor gobierno desde que volvió la democracia, con un proyecto sostenido". Y el reggea Paso a paso fue dedicado por la "memoria de Néstor Kirchner. Las grandes distancias se cubren empezando por un pequeño paso". Sobra el alimento, ¿pero qué es lo que pasa? Sobra el alimento pero falta educación. Para un grito contra la dominación y porque somos hombres de la tierra de Latinoamérica.
Por momentos, los grandes éxitos de Los Piojos hacían retroceder el tiempo. Incluso, los propios fanáticos le quitaban el polvo a los viejos gritos de guerra de la banda separada el año pasado por tiempo indefinido aunque no definitivo, según dicen. Entonces pasaron las "dos sotanas y una capilla" de A ver cuándo, se encendió la armónica con Pistolas, se endulzó con el "Dolores no llores" de Todo pasa, y saltó con el "Uoh bamba uoh bamba uoh bamba" de El Farolito.
Por supuesto, el disco "Espejo" fue el gran protagonista. En su gira presentación, Wanaca Disco fue una de las paradas que continuará por Rosario, Santa Fe y que se cerrará en diciembre en el Luna Park. Aunque el próximo año, Ciro prometió regresar. "Podemos volver acá, ¿no? Está lindo, se pone bueno", dijo, y adelantó que en marzo o abril se podría repetir el ritual.
Un corte en el medio para que se luzcan solo Muchachito Bombo Infierno (un infierno con la guitarra y el bombo en los pies, sí, él solo), mientras Santos de Veracruz dibujaba al ritmo furioso eléctrico.
Además de Similar, el tema que quedó afuera de su último trabajo y que fue presentado a través de la red, el más coreado fue el romántico Insisto, esa hermosa Lucifer que "robó mi tiempo, mi pensamiento y mi fe" para luego quebrar "mi corazón como si fuera un carbón, encendido…". Servidor fue el amague de la despedida. Pero nadie se movió y todavía faltaba. El patito de hule de Chucu-chu retumbó contra las paredes del boliche y la noche se cerró entre Pappo y Los Piojos.
Como con su ex banda, el cierre ya se convirtió en un clásico. El tema sin nombre, perdido en el final del disco, es el ideal para "guardar los trapos" y leer cada uno de ellos. Merlo Norte, Mercedes, Moreno, La Plata, Florida, Tapiales, Ituzaingó, Ezeiza, Matheu, Villa Crespo, Escobar, Laferrere… Luján. Todo volvió a empezar un día. ¿Será lo que ya fue? Sólo el tiempo lo dirá. En nuestra ciudad, Ciro Martínez y Los Persas dieron el primer paso. Y dicen que volverán.