“La gente se resiste a cambiar su estilo de vida por el terrorismo”

Viernes//La lujanense Luciana Merialdo se encontraba en París de vacaciones en el momento de los ataques terroristas. En diálogo con EL CIVISMO Digital, a una semana de los atentados sostuvo que “la gente trata de continuar con su vida cotidiana”.

Luego de los atentados que sacudieron Francia hace exactamente una semana y que dejaron como saldo 153 muertos y más de 300 heridos, EL CIVISMO Digital dialogó con Luciana Merialdo, una lujanense que se encontraba en París la noche fatídica del viernes 13 de noviembre.
"Estoy de vacaciones recorriendo Europa. Empecé por Barcelona y la idea era quedarme en París unos días para visitar a mi familia y después continuar viaje. En París tengo una tía argentina y un tío y primos franceses. Lo que pasó trastocó todos los planes y decidí quedarme un tiempo más con ellos para acompañarlos en este momento difícil", explicó.
La noche del viernes, cuando tuvieron lugar los atentados en distintos puntos de la ciudad, Luciana estaba caminando por el centro de Paris. "Volvimos a casa y mi tío y mi primo estaban desesperados porque nos habían estado llamando y nosotros no habíamos escuchado el celular. Estaban pálidos y no sabían ni cómo decirnos lo que estaba sucediendo. Sabían que nosotros íbamos a estar por esa zona. Así nos enteramos de lo que había pasado. Recién se informaba sobre 12 muertes porque el (Teatro) Bataclan seguía tomado", contó. "Habíamos pasado por esos lugares la noche anterior, y nos habíamos quedado discutiendo ahí cerca. Me acuerdo que pensé "Ah, de acá debe venir lo de bataclana"", señaló.
Al día siguiente, recordó Luciana, "la ciudad amaneció shockeada porque acá mucha gente que se acuesta temprano y que se enteró a la mañana siguiente. Imagináte la conmoción: durante dos días se cerraron espacios municipales y otros que pudieran congregar mucha gente, como las grandes tiendas y mercados".
"Ahora para entrar en muchos lugares te revisan los bolsos y a veces no te dejan ingresar con mochilas. También se ve mucha más Policía en la calle. Al principio se dijo que se iba a cerrar la frontera, pero luego se dio marcha atrás y se establecieron más controles. La ultraderecha, por su parte, está pidiendo más controles migratorios y retirar la nacionalidad francesa a cualquier sospechoso de terrorismo. Acá es habitual que haya mucha Policía dando vueltas, incluso el Ejército, que porta armas largas para amedrentar. Hay que tener en cuenta que Francia viene sufriendo atentados hace tiempo. Además, es habitual ver policías revisando pertenencias de los musulmanes", indicó, en referencia a las fuertes medidas de seguridad dispuestas por el gobierno de Françoise Hollande.
La reacción popular ofrece postales de todo tipo: "Se confunden las cosas. La plaza Republique, que es el lugar de congregación en honor a los muertos, estaba bastante lleno a pesar de que lloviznaba. La gente lleva ofrendas, prende velas, escribe dedicatorias, canta. Había un grupo con carteles que decían "Soy musulmán, pero no terrorista". Fue muy emotivo y triste a la vez, la gente pasaba y los abrazaba. Por más que no se termine de reconocer, hay mucho prejuicio contra esa religión. Igualmente, se remarcó que quienes mataron, lo hicieron sin discriminación de credo".
En ese sentido, los medios franceses abordaron los atentados señalando que "no se trata de religión, ni siquiera de una defensa soberana de Siria. Acá se habla de Isis (que se lo nombra como Daesh) como una secta que le lava la cabeza a los pibes, algunos ni siquiera religiosos, ni sirios, algunos incluso franceses. Hablan de gente que se encuentra con conflictos familiares, que se siente excluída (si bien no es determinante, acá la movilidad social es muy difícil y hay mucha diferencia de clase), aunque uno de los que se inmoló tenía un bar en Bélgica, un perfil distinto", refirió Luciana.  
Por otro lado, "la gente continúa con su vida cotidiana". "El martes algunos bares y restaurantes llamaron a la gente a salir a la calles con el lema "Tous au Bistrot" (Todos al bistró/bar). Había gente por todos lados. La idea era no dejarse intimidar, continuar y obviamente que no merme la gente en estos sitios, porque sino varios correrían riego de cerrar. Yo estaba en un bar por la Bastilla y pude observar a un grupo grande de gente joven que tomaba cerveza, se abrazaban y lloraban, pero todo muy mesurado", relató.
Por último, opinó que "no sabría decir si la gente en general condena las acciones de Francia. Creo que en cierta forma saben que estas matanzas tienen relación con el hecho de que su país estuvo y está metiendo la cola en Siria. Isis existe en gran medida gracias a ellos, pero supongo que prima la idea de que Francia está liberando esa zona". "A mi me duele mucho lo que pasó porque era casi toda gente joven y por mi familia, que están muy afectados", concluyó.