La práctica de Mindfulness ayuda a regular los niveles de ansiedad

La ansiedad, una de las emociones que más desregulada está en estos tiempos, está mezclada en cada síntoma, cada enfermedad, cada trastorno sea físico o psicológico. La ansiedad que es una emoción que debería ser adaptativa pero se ha vuelto un tormento para muchas personas.

Insomnio, serias dificultades para salir de las zonas de seguridad, preocupación excesiva, contracturas, colon irritable, úlceras y una diversidad de síntomas físicos y enfermedades; dificultad para dar exámenes o enfrentar una entrevista de trabajo, cultivar relaciones sociales, disminución en la capacidad de rendimiento en cualquier área de la vida.
Hay ciertos estilos de vida, maneras de ser, de estar, de relacionarse con el mundo que culturalmente hemos incentivado y  que genera gran parte de esta ansiedad que hoy no deja de desbordarnos. Una de ellas es el control, fuimos por años desarrollando y acrecentado la capacidad de controlar las cosas al máximo. Desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir, estamos intentando que las cosas sean como uno cree  que deben ser.  Este control que por un lado es tan práctico, funcional y gratificante, por otro, es un gran generador de ansiedad que instala un circuito de retroalimentación negativa. Cuanto más controlo, más miedo tengo a que algo se salga del control; por lo que aumento el control, y así sin querer estoy atrapado en una espiral de control y ansiedad sin fin.
El control, como muchas cosas en esta vida, debemos utilizarlo en su justa medida. Controlar es querer que las cosas sean de una manera determinada y no de otra, y esto incluye, además, a la evitación. Entonces genero, además de altos grados de ansiedad, incapacidad para aceptar las cosas como son, baja tolerancia a la incertidumbre, baja tolerancia a la frustración, y necesidad de más y más control. En definitiva, este exceso de control nos termina debilitando psicológicamente. Creando una falsa realidad de que todo es susceptible de control y que hay ciertas cosas en el mundo que decididamente hay que evitar porque son "terribles". Si bien es cierto que existen cosas terribles en esta vida, la inmensa mayoría de las cosas que nos pasan, en la cotidianeidad, no lo son. ¿Podemos imaginar las consecuencias que tiene estar creando un mundo terrible amenazante en lugar del mundo que realmente es?
 Con la práctica de mindfulness ejercitamos la capacidad que todos tenemos de dejar ser. Simplemente que las cosas sean como son, sin estar interfiriendo sobre ellas. En general, los procesos se desencadenan, llegan a un punto máximo y tienen un fin. No tendríamos que hacer nada con ellos, más que verlos pasar. "Hecha andar la carreta que los melones se acomodan en el camino" decían en otras épocas. La práctica de mindfulness nos insta a no reaccionar desarrollando la capacidad de la tolerancia que tiene como fin dejar ser a los procesos para observarlos mientras se van desarrollando en el aquí y ahora. Mindfulness también es llamada la práctica de la no evitación, al estar presente en el presente no hay intención de huir de nada de lo que acontece.
Otra de las súper capacidades que hemos estado desarrollando sin descanso y nos llena de ansiedad, es la del apego junto a su contracara, el rechazo. Vivimos polarizando todo, dividiéndolo en pares contrarios. Esto es blanco, aquello negro, esto bueno, lo otro  malo, cielo e infierno. No existen los grises ni matices. Ni tampoco una distancia saludable para poder verlos. Si me gusta es mío, lo quiero, me apego. Si no me gusta lo evito, lo niego, lo rechazo. De esta manera es imposible no estar un poquitito ansiosos ya que las cosas o están bien o están mal, y así queda una única solución posible que es… la correcta, no hay soluciones intermedias.
Imaginemos una vida donde cada situación tiene una única manera de resolverse, las otras están todas mal. Perdemos de este modo el abanico de posibilidades que nos aliviaría de tanta ansiedad, y nos hace más reales. Nos cuesta darnos cuenta, (porque saber lo sabemos) que en realidad lo que interpretamos como contrarios son  complementarios y que no hay uno sin el otro. Es decir que no miramos completo.
Lo que se practica con mindfulness es desarrollar nuestra capacidad de ser  observadores neutrales del momento presente. Esto es que observo sin juzgar. Manteniendo una distancia óptima como para involucrarme sin identificarme (sin apego, sin rechazo) momento a momento. Así  poder realmente ver los matices y  descubrir lo "único" de  cada momento. Es una observación sutil y completa sin interferencias de todo lo que ocurre en el momento presente. Mindfulness se practica con mente de principiante, mente abierta, receptiva, curiosa, libre de experiencia previa (nunca responde en piloto automático).
La  modalidad ansiosa de relacionarse con el mundo interno y externo, en su justa medida es pragmática, adaptativa y funcional pero termina siendo realmente tóxica, por ser prácticamente la única manera de pararse frente a lo que sucede.    
Víctor Frankel decía: "La ultima libertad del ser humano es la de poder elegir cómo interpretar lo que nos sucede". Albert Einstein "todo depende del cristal con que se mire".
Mindfulness es una práctica que genera otra manera de relacionarse, de mirar de interpretar lo que sucede, tan funcional, realista e importante como la anterior. Es  la práctica de desaprender lo aprendido para conectar con el presente tal cual es,  para por momentos dejar de controlar.
 
Fuente: Lic. Solange García Bardot-Instituto Sincronía