Desafíos que afronta la nueva cúpula policial

Jueves//Reorganizarse puertas adentro para trabajar coordinados es uno de los objetivos que se propuso lograr el interventor de la Policía, Fabián Perroni. El otro, recomponer la relación entre la fuerza y la comunidad. “Si cortás el diálogo con el vecino, quedás ciego”, sostuvo.

Dos frentes tiene por delante la intervención policial dispuesta por el ministro de Seguridad, Alejandro Granados, y el jefe de la Policía de la Provincia, comisario general Hugo Matzkin.
En lo que concierne puertas adentro, la misión es reacomodar las distintas áreas y trabajar de manera coordinada, algo que adolecía el mando desplazado según se supo ahora, tras la evaluación que hicieron las autoridades al efectuar un golpe de timón poco habitual que incluyó la remoción de su cargo del jefe de la Departamental, el jefe de la Policía Distrital, el jefe del Comando de Prevención Comunitaria y el titular de la Comisaría Luján Primera.
Hacia afuera, el desafío trazado es recomponer la relación distante entre la fuerza de seguridad y la comunidad, quebrada mucho antes del asalto seguido de muerte que se llevó la vida de Agustín Cantello pero que quedó expuesta luego de la marcha del viernes 14 que decantó en el relevo de la cúpula policial.
Los sucesivos reclamos por parte de vecinos -que este año se exteriorizaron con fuerza en varias marchas –, finalmente hicieron que el ministro Granados tomara una medida drástica, poco habitual y sin antecedentes en Luján.  
La intervención no tiene plazo. Los jefes interventores pueden continuar en el cargo o ser cesados. Todo depende de la evaluación que se haga la superioridad respecto al desempeño y de la situación del Distrito. En caso de ser confirmados en sus puestos, formalmente podrán ser nombrados pero no habrá relevo de mando, debido a que las anteriores autoridades fueron cesadas en su función por más que sigan perteneciendo e integrando la fuerza.
Por lo pronto, una de las primeras medidas de la intervención fue mejorar e intensificar el patrullaje en las 8 zonas que tiene bajo su control el Comando de Prevención Comunitaria (CPC). En paralelo, llegaron cuatro nuevas patrullas que pasan a integrar la flota de móviles policiales destinados a la prevención del delito.

DEPARTAMENTAL LUJÁN-GENERAL RODRÍGUEZ
Al frente de la Departamental Luján-General Rodríguez quedó el comisario mayor Fabián Rubén Perroni, quien fue llamado el viernes 14 a la medianoche cuando se encontraba en la localidad santafesina de Santo Tomé haciendo un curso de cuchillería artesanal, su hobby.
"Soy el interventor de todas la áreas y sabía lo que venía pasando porque era público. Cuando me llamaron que tenía que venir a Luján, no lo dudé porque me necesitaban. No me imaginé que iba a ser interventor. Cuando se interviene es porque hay una situación muy complicada. Acá relevaron a cuatro jefes y no es poco. Eso explica el diagnóstico que han hecho. Había una falta de conducción y de compromiso en cumplir con las obligaciones", dijo en diálogo con EL CIVISMO.
Lo primero que hizo el comisario mayor Perroni fue reunir a las distintas unidades (DDI Luján, Seguridad Vial, Patrulla Rural y otras reparticiones) y unificar criterios de trabajo partiendo desde un mando máximo que en este caso es la Jefatura Departamental.
"El diagnóstico fue que no había diálogo directo en la Policía. Había hechos pero no había coordinación entre las distintas áreas de la Policía, no se trabajaba en equipo. Yo, como interventor, soy el responsable directo de la Policía Rural, de la DDI Luján, etc. y coordino entre las distintas áreas para dar una respuesta concreta a la sociedad para generar y reforzar ese vínculo con la comunidad. Desde que vine el sábado a la madrugada todavía no me fui (vive en La Plata) y no me voy a ir. Tengo casa, familia y soy abuelo, pero ya saben que genero un compromiso tan grande y ahora vivo acá. Me instalo, hago propio el lugar. Salgo solo a caminar uniformado y hablo con los vecinos, les dejo mi teléfono. Así te enterás de la problemática", expresó.
El comisario mayor Perroni conoce lo que es estar al frente de una Departamental. Ya lo hizo en Lanús pero también trabajó en la Departamental de Tigre, Mar del Plata y distintas comisarías del Conurbano.
"Si el vecino está enojado, tiene razón. El vecino quiere vivir en paz. Yo veo el barrio a través de los ojos de vecino. Como policía puedo saber un montón de cosas pero quien más sabe es el vecino de la cuadra. Si cortás el diálogo con el vecino, quedás ciego y no ves más lo que está pasando. Acá veo que la gente te saluda y es respetuosa", remarcó.

COMANDO DE PREVENCIÓN COMUNITARIA
Otro aspecto a tener en cuenta con la intervención es el hombre designado al frente del CPC. Se trata del comisario mayor Marcelo Corbalán, quien es el segundo en la jerarquía en esta área de la Policía. Corbalán cuenta con una amplia trayectoria y trabajó junto al comisario mayor Perroni en distintas comisarías.
Su misión es reorganizar el trabajo para brindar prevención y mejorar la operatividad del CPC. "Lo que notamos en primera instancia cuando arribamos es una falta de operatividad por parte del personal. Si bien se cubrían las zonas y los móviles recorrían, lo que se necesitaba era un incremento de identificación de personas, de vehículos tanto sea automotores como motocicletas para poder evitar que toda persona se apropie de lo ajeno. Lo que necesitaba el Comando era un empujón de nosotros con experiencia en el Conurbano para agilizar el trámite de interceptación e identificación. Si bien no le prohibimos al personal una persecución, le pedimos que sea justificada si no podemos ocasionar nuevos delitos como una muerte o lesionados", afirmó.
El comisario mayor Corbalán fue director de Investigaciones contra el Secuestro de Personas en el área de Delitos Complejos. Desbarató en 2007 la llamada "Banda de Bin Landen" que azotaba la zona de Chacabuco, Carmen de Areco, Salto y Junín. Eran tres familias que hacían extorsiones vía telefónicas pero no secuestraban personas sino que efectuaban una ráfaga de ametralladora en los domicilios de las víctimas. La persona que llamaba se hacía llamar Bin Laden. Tras 90 días de investigación, hubo 14 detenciones y todos fueron condenados.
En 2004 integró la Unidad Especial del Crimen Organizado y luego fue el director de Operaciones contra el Crimen Organizado. Detuvo a los directivos de IOMA, desbarató peligrosas bandas de "piratas del asfalto" en zona sur, desarticuló la "Banda de los Robacamiones" y una organización familiar delictiva que confeccionaba títulos universitarios truchos, entre otros casos con repercusión masiva.
Experiencia, según dicen dentro de la fuerza, le sobra. Detuvo a violadores seriales y homicidas, resolvió el crimen por encargo de presidente de Asociación Médica de Bahía Blanca y estuvo en el enfrentamiento con los captores de Patricia Nine.
Desde que se crearon los CPC, forma parte del mando máximo. Es el coordinador general y segundo jefe de la Superintendencia de la plana mayor. Por eso, se estima que su llegada a Luján no será permanente. "Mi estadía en la ciudad creo que es solo de paso. Soy coordinador general de la Superintendencia de CPC. Por ende, lo primero que hice fue ordenarlo. Si no, el día de mañana, cuando venga a controlar, si hay desorden es culpa mía. He salido a la calle con el personal identificando vecinos y estuve en procedimientos donde hubo detenciones. No vengo a ocupar un sillón sino a acompañar al personal en las buenas y en las malas. También he tomado sanciones con el personal porque hay gente que es reticente al cambio y otros que aceptan los cambios. Lo único que exijo es trabajo. Intentamos que sea realmente un Comando con oficiales profesionales y estamos cerca".
Este lunes, el comisario mayor Corbalán tenía prácticamente definido el sucesor del comisario Petraglia. Se trata de un policía de su confianza, radicado en Mercedes y con familia en Luján, que viene de cumplir servicio en Berazategui.
 
POLICÍA DISTRITAL
En lugar del comisario Guillermo Suárez, el interventor es el comisario inspector José Polverigiani. Con 33 años en la fuerza, el sábado 15 en horas de la madrugada fue convocado por sus superiores para que se presente en la Comisaría Primera de Luján para hacerse cargo como interventor de la Policía Distrital. Hasta ese momento, cumplía servicio en la Subcoordinación Operativa de Policía.
La orden que le impartieron fue "trabajar mancomunadamente entre nosotros, ponerse a disposición del jefe Departamental designado, llevar a cabo una serie de medidas que vayan en sentido común con todas la fuerzas que componen la Policía en el Partido de Luján y unidos con las Fiscalía para sacar esto adelante. Además, reiniciar los lazos que estaban cortados con la ciudadanía y empezar a trabajar en conjunto para lograr el bienestar de todos", señaló.
Como había adelantado este medio, el comisario inspector Polverigiani desarrolló su carrera mayormente en el sur del Conurbano. 30 años los repartió al frente de varias comisarías de Quilmes, fue subjefe en Florencio Varela y jefe de Operaciones de la Departamental Quilmes. Fue desde oficial de Servicio hasta jefe de Calle. "Cada zona tiene su particularidad y su problemática. En lo que es seguridad, humildemente sé de lo que hablo. Siempre trabajé cerca de la gente y entendiendo que la solución no es mágica. Al trabajar unido con el vecino las respuestas van a ser mejores para contrarrestar el flagelo del delito", sostuvo.
"Más allá de los hechos puntuales, hubo una cierta descoordinación entre lo que es la fuerza y los vecinos. Todo reclamo del vecino es justo y real, si no no hubiera pasado lo que pasó. Estaba muy roto el vínculo entre la institución y la gente. Era muy distante la relación de la Policía con la gente", coincidió como el resto de los interventores.
Polverigiani tampoco puede asegurar su permanencia como jefe de la Policía Distrital, más allá de la evaluación que haga en su momento la superioridad. Reconoce que los 33 años de carrera indican que se aproxima el final de una larga vida al servicio de la fuerza. De hecho, dijo que el llamado le llegó cuando creía estar más cerca de empezar a dedicarle más tiempo a su familia que de asumir nuevos desafíos.
"El mensaje a la ciudadanía no es pedirle confianza porque es evidente que hemos defraudado en muchas oportunidades, simplemente que nos den una oportunidad de acercarnos porque estoy seguro y convencido que entre todos esto lo sacamos adelante, para lograr así los niveles lógico de seguridad que nunca debieron perderse en Luján", puntualizó.
 
COMISARÍA LUJÁN PRIMERA
No había llegado a acomodarse en su nuevo destino cuando le avisaron que debía trasladarse. Con apenas 15 días al frente de la Comisaría Luján Segunda, el subcomisario Jorge Castillo de León pasó a ocupar el puesto del comisario Rubén Pellino.
El interventor de la principal seccional tiene una antigüedad de 26 años. Vive en Merlo pero ya piensa en mudarse a Luján. Trabajó en San Miguel, Malvinas Argentina, San Martín, La Matanza, Narcotráfico zona Sur, DDI San Miguel. "Conocí casi todas las áreas de la Policía y los últimos dos años estuve en la Departamental Merlo y tuve a cargo varias comisarías. Me dijeron que había sido seleccionado entre varias personas y lo tomé como un desafío. Siempre estuve, como se dice, al pie del cañón. Acá se necesita compromiso, relación con la comunidad y el acercamiento del policía con el vecino".  Para poder lograr esto, empezó por reunirse con referentes barriales y con entidades comunitarias. Mientras tanto, se aboca a organizar su equipo de trabajo.
"Yo tomé el desafío a largo plazo. Si las condiciones no se dan o la Policía me requiere en otro lado, se verá. Pero tengo la intención de instalarme en Luján para dedicarme por completo", manifestó, y consideró: "tenía el concepto de una ciudad tranquila. Grande pero con alma de pueblo donde la gente mandaba a su hija sola a comprar al almacén o dejaban la bicicleta sin candado pero se ve que se viene una problemática como la del Conurbano".
Por su parte, el comisario Fabián Rodríguez es el nuevo titular de la Comisaría Luján Segunda y no se prevén más cambios por el momento.