“Existe mucha diversidad, pero eso no implica pluralismo”
Miércoles//El investigador del CONICET y docente de la UNLu, Fabián Flores, analizó el fenómeno de la diversidad religiosa a través del tiempo, la relación con la Iglesia Católica y la supervivencia de prejuicios sociales para pensar determinadas prácticas.
Fabián Flores es investigador adjunto del CONICET y docente de la Universidad Nacional de Luján. Desde hace tiempo se especializa en el estudio de espacios religiosos. Actualmente encabeza un incipiente trabajo en Luján destinado al registro de distintas prácticas religiosas: "Estamos haciendo un relevamiento de todas las marcas religiosas que hay en el espacio público del centro histórico, desde templos hasta calcomanías. Terminamos el trabajo de campo y estamos en el proceso de sistematización. Inicialmente tomamos 80 manzanas", explicó.
En diálogo con este medio, analizó el fenómeno de la diversidad religiosa a través del tiempo, la relación con la Iglesia Católica y la supervivencia de prejuicios sociales para pensar determinadas prácticas.
- ¿El fenómeno de la diversidad religiosa es nuevo?
- Dentro de la línea de trabajo que tenemos en el equipo de investigación consideramos que no es un fenómeno nuevo, que inclusive se remonta a los momentos fundacionales de la Argentina con la presencia de los primeros protestantes históricos. El tema de pensarlo como un fenómeno de larga data ayuda a preguntarnos por qué lo advertimos ahora con mayor presencia. En realidad, hay que relacionar esto con la conformación de nuestro campo religioso y pensar de qué manera las instituciones no católicas debieron recurrir a diferentes estrategias para instalarse en el espacio público y cómo la existencia de una institución hegemónica como la Iglesia Católica eclipsó la presencia de estos disidentes religiosos. La diversidad es muy temprana pero ahora vemos una mayor visibilidad de otras prácticas y creencias.
- ¿Qué cambios permitieron esa visibilización?
- Lo pensaría a partir de muchos factores. Uno de ellos es la existencia de menores regulaciones con respecto a otros cultos. Aunque siguen existiendo regulaciones sociales fuertes, la aceptación de esta otredad permite que se puedan desarrollar prácticas que antes eran consideradas distintas. Los medios de comunicación también favorecieron que pueda circular mayor información sobre cultos que siempre estuvieron pero que ahora los vemos. Y además está la cuestión de una cierta tendencia social a una mayor aceptación. Algunos de los autores que trabajan el tema del campo religioso dicen que el fenómeno hay que pensarlo con un quiebre muy importante desde el retorno de la democracia porque permitió que cultos que habían estado invisibilizados empezaran a tener mayor legitimidad.
- ¿El incremento de la diversidad religiosa implica necesariamente un retroceso de la Iglesia Católica?
- No creo que sea así. Hay una lectura según la cual los otros cultos crecen en función a que la Iglesia Católica pierde fieles. Para mí es una lectura muy superficial y además falsa cuando uno va al análisis específico. Lo que vemos es que existen identidades compartidas o híbridas. No es que ahora hay mayor número de evangélicos que antes eran católicos y se convirtieron. En realidad se ve que todo el tiempo hay circulación. Por ejemplo, aquel que asiste a una iglesia evangélica puede no dejar de ir a misa o de identificarse como católico. No es una cuestión de sumas o restas, sino que se trata de resignificaciones de la forma de creer y practicar lo religioso. No estoy de acuerdo con la idea de que el catolicismo pierde fieles, especialmente porque ese tipo de interpretaciones suelen venir de estudios cuantitativos en donde se pregunta a qué religión se pertenece. Pero al momento de dar la respuesta no se da un perfil de la identidad en todas las esferas, sino que se refleja una identidad social, aunque individualmente después asista a un curandero o consulte un pastor y eso se escape de la encuesta.
- ¿Cuándo un culto debe ser considerado una religión?
- Es una discusión interesante. Eso depende de la postura donde uno se posicione. En el equipo de investigación tenemos una visión bastante inclusiva de religión, incluso preferimos hablar más de religiosidad que de religión porque hay prácticas que no implican un nivel de institucionalización. Nosotros hablamos de la esfera de lo religioso para referirnos a todas las formas en que las sociedades se vinculan con lo sagrado, y no necesariamente a través de una institución. Para nosotros ese vínculo con el mundo de lo sagrado puede ir desde el Gauchito Gil hasta un templo metodista estructurado.
- ¿Qué rol cumple el Registro de Cultos?
- Existen regulaciones por parte del Estado a las cuales los grupos religiosos adhieren o no. La Iglesia Católica tiene una entidad aparte. El resto de los grupos religiosos no católicos deben inscribirse en el Registro de Cultos, que consiste en presentar una serie de normas (creencias, libros sagrados, etc.) y hace que el Estado reconozca formalmente a ese grupo. Eso no significa que todos los grupos lo hagan, primero porque no es obligatorio y segundo porque la Constitución garantiza el derecho a la libertad de culto. Muchas veces esa inscripción forma parte de una estrategia de las instituciones religiosas para lograr un reconocimiento formal.
- ¿Qué grado de estigmatización sigue existiendo en referencia a algunas prácticas?
- A pesar de que existe mucha diversidad, eso no implica pluralidad o pluralismo. De entrada hay una desigualdad que establece el Estado al reconocer oficialmente a una religión con favoritismo económico. Además de esos marcos jurídicos estatales, existen regulaciones sociales muy fuertes que básicamente circulan en los medios de comunicación y construyen ciertas formas estereotipadas de considerar algunas prácticas menos religiosas que otras e incluso peligrosas. Podemos pensar en esa categoría al umbandismo o al culto de San La Muerte que socialmente están fuertemente estigmatizados. Eso se ve cuando un medio de comunicación titula "pai umbanda acusado de una violación", pero nunca dice "comerciante católico acusado de una violación". La pluralidad es la valoración positiva de una práctica y de la igualdad religiosa, algo de lo que todavía se está lejos. Y creo que con el efecto Francisco y el reverdecer del catolicismo, se está más lejos todavía.
- ¿En qué consiste el trabajo de investigación que empezaron a desarrollar en Luján?
- Nosotros lo que hicimos fue relevar todo lo que se ve en la escena pública de la zona céntrica, desde una ermita en una casa hasta un templo. Lo que aparece es una presencia de protestantes y metodistas. También aparecen iglesias pentecostales de las nuevas, por ejemplo la del Reino de Dios o la Iglesia Cristiana de la Alabanza. Además de una gran cantidad de marcas católicas, también se empiezan a ver los mecanismos de catolicismo popular, especialmente con el Gauchito Gil. Otro fenómeno para pensar la diversidad religiosa en el centro es toda la cuestión new age con asociaciones que tienen prácticas como reiki o tarot hasta marcas en algunas casas con los signos de yin y yang. Otra iglesia histórica es la Escuela Científica Basilio. Y después otro fenómeno que debe considerarse son las prácticas que se dan en espacios privados o domésticos, por ejemplo el caso de los umbandas.