Conexiones entre enfermedad y secretos familiares

Claudine Vegh decía: “Vale más saber una verdad, aún cuando sea difícil, vergonzosa o trágica, que ocultarla, porque aquello que se calla, es subordinado o adivinado por los otros y ese secreto se convierte en un traumatismo más grave a largo plazo”.

¿Qué es la familia?
La familia es lo permanente, estaba antes de que llegáramos, le pertenecemos mientras vivamos y seguirá existiendo después de nosotros. Es una generación de vivos, que caminan como mínimo con dos generaciones de muertos a la espalda hasta la línea de meta, donde le toca subirse a la espalda de la siguiente generación de vivos.
¿Yo soy mi familia?
Recordemos que desde la perspectiva de la metagenealogía cada uno de nosotros está habitado por las tres generaciones que lo preceden, lo que hace un mínimo de catorce personas. Desde esta perspectiva, consideramos que los secretos guardados en una generación son un manantial insano de traumas y conflictos para los que lleguen detrás.
¿Hay alguna relación entre la enfermedad y los secretos familiares?
La relación entre enfermedad y secretos familiares se hace bastante evidente en el estudio de los árboles genealógicos. La familia es como una olla psicológica llena de secretos, tabúes, silencios, vergüenzas. Hay asesinatos, locura, robos, infidelidades, cárcel, incesto, abusos… Así, la enfermedad no es la solución del problema, sino una invitación a enfrentar un conflicto familiar que se ha mantenido secreto. Como escribió Françoise Dolto: "Lo que es callado en la primera generación, la segunda lo lleva en el cuerpo".
¿Qué cosas, a nivel psicogenealógico, vamos cargando en el cuerpo?
En el lado derecho… está la herencia paterna.
Lado izquierdo… herencia materna.
El vientre… la madre.
Problemas de espalda… cargas a los padres.
Padres divorciados, o separados… puntas de los pies se separan.
Miedo a la sexualidad… pelvis movida hacia atrás.
No te han amado… pecho endurecido e insensible.
¿Si no uso palabras para expresar mi dolor, lo expresaré con mi cuerpo?
Anne Ancelin Schützenberger lo ha estudiado a fondo: "Los duelos no hechos, las lágrimas no derramadas, los secretos de familia, las identificaciones inconscientes y lealtades familiares invisibles" pasean sobre los hijos y los descendientes. "Lo que no se expresa con palabras se expresa con dolores". O por accidentes, como el caso de una biznieta que pierde su virginidad por accidente a los siete años (jugando al salto de pértiga) y estudiando su árbol, descubre que su bisabuela fue fruto de una violación, concebida en la misma fecha que ocurrió el episodio.
¿Cómo se pueden observar los secretos en el árbol genealógico?
Cuando el árbol quiere desvelarte un secreto, crea una estructura, algo que se repite, con eso pretende llamar tu atención. Por ejemplo una fecha que se repite, un estilo de elección de la pareja, unos accidentes con ingredientes similares. Estos secretos se guardan por vergüenza, por pudor, por proteger a los niños o autoprotegerse ante la sociedad.
¿Dónde se sitúan esos secretos?
Cada secreto que tenemos está en el estrato que le corresponde (los cuatro egos):
-Mis ideas locas secretas, podemos identificarlas en el nivel de mis bisabuelos.
-Mis emociones secretas, están en mis abuelos.
-Mis secretos sexuales-creativos, están en mis padres.
-Mis secretos materiales, de territorio, están en mis hermanos.
Cuando el secreto lo porta un miembro de la familia, este lo vive como un cuerpo extraño y molesto, su cuerpo lo vive como un tumor o un bolo alimenticio que tiene que salir afuera. Nunca debemos contar secretos a los niños, es un Abuso con mayúsculas.
Sabemos además el poder de la comunicación no verbal, si alguien delante de ti se calla una información importante, se delatará tarde o temprano con algún gesto inconsciente. Freud decía que "Aquel cuyos labios callan, conversa con la punta de los dedos. Se traiciona por todos los poros".

Fuente: Alejandro Jodorowsky