La Heladería Fioretto sufrió el segundo asalto en el año

Viernes//Ocurrió el miércoles a la medianoche cuando estaba por cerrar. Actuó un delincuente armado con un revólver de grueso calibre. El asaltante permaneció en la heladería unos 25 minutos, redujo a la empleada y al repartidor en el depósito. En 2014, sufrieron otros cuatro robos.

Desde que ingresó a la heladería, fingió comprar un par de cucuruchos y luego un kilo de helado. Sin embargo, sus intenciones eran otras: se retiró llevándose dinero. En unos 25 minutos, que para las víctimas resultaron interminables, un delincuente de unos 26 años, petiso, de contextura física delgada, con gorra en la cabeza, vestido con un chaleco y armado con un revólver calibre 38 largo, concretó un atraco en el local que Fioretto tiene en San Martín esquina Alvear.
El segundo asalto en lo que va de 2015 y el sexto en un año, sucedió este miércoles a la medianoche justo cuando en la heladería estaban por cerrar. Daniela, empleada del local, contó a EL CIVISMO Digital que a esa hora, mientras el repartidor salía a entregar el último pedido y dos parejas que son clientes habituales realizaban una compra, entró un muchacho que terminó siendo un hampón.
El falso cliente esperó que las dos parejas fuesen atendidas mientras preparaba el momento para dar el golpe. A los dos cucuruchos, le agregó un kilo de helado, sacó 120 pesos para abonar y, cuando notó que estaban dadas las condiciones para robar, no dudó en sacar el arma y atracar a la empleada y al repartido que hacía unos segundos había regresado de la calle.
"Cuando empiezo a preparar el kilo de helado y le digo al delivery que empiece a entrar las mesas, mira que las dos parejas se habían ido, saca el arma y pasa del otro lado del mostrador y nos mete a los dos en el depósito", relató una de las víctimas.
En el depósito de la heladería, el delincuente ordenó al repartidor que se tirara boca abajo al piso y a la empleada la obligó a permanecer sentada en el piso. "Me pidió explícitamente la plata que tenía en el bolsillo, al chico del delivery le sacó la billetera y el celular. Como yo no tengo celular, se puso como loco y decía que si llamaba a la Policía nos iba a matar a los dos", contó Daniela y agregó que, de acuerdo a los dichos de los últimos clientes de la noche, el ladrón andaba en una moto.
Esa misma noche, pero cerca de las 21, en la heladería entró un muchacho en una moto azul, 150cc y sin patente que despertó sospechas en la empleada que, a esta altura, parece curtida por tantos robos. "Compró medio kilo de helado, miraba para todos lados y se tocaba debajo de la cintura como si tuviera un arma. Para mí nos venían fichando desde temprano pero fue una situación muy sospechosa", estimó.
Horas después, todo fue distinto. "Al repartidor lo dejó encerrado en el depósito y a mí me llevó a la caja, me hizo abrirla para que le diera la plata. Después me llevó al sector de cafetería y me pedía más plata y el celular que no tengo".
Para entonces, había pasado casi media hora. El malviviente, antes de irse, le ordenó a la empleada que regresara al depósito y le advirtió que si daba aviso a la Policía, la mataría.
"Hasta ahora los robos no duraban dos minutos pero ahora estamos re jugados. Se metió en el depósito y se quedó todo el tiempo del mundo. A todo esto, me decía que me quedara tranquila que estaba todo bien", sostuvo Daniela, quien al hacer la denuncia le dijeron en la Policía que el móvil policía había pasado minutos antes del hecho. "Desde las 21 hasta la medianoche, pasó una vez", dijo la víctima.
En Heladería Fioretto decidieron cerrar una hora antes por los robos y limitaron el servicio de delivery a tal punto que en algunos barrios ya no hacen reparto durante la noche. "Hace cuatro sábados le intentaron robar la moto en el Juan XXIII. Lo corrieron cinco cuadras desde el fondo hasta el puente a las trompadas para hacerlo caer y sacarle la moto. Es increíble lo que está pasando por la inseguridad. El martes vamos a instalar el sistema de botón eléctrico", remarcó.