“La Colonia tiene características de una escuela represiva disciplinadora”
Lunes//La Dirección de Montes de Oca definió desplazar al equipo que tenía a su cargo las casas de externación de la calle Alvear. En diálogo con este medio, dos de los integrantes cuestionaron la decisión e invitaron a las autoridades a un debate público.
En diciembre del año pasado, los miembros de las dos casas de externación ubicadas en la calle Alvear conmemoraron el Día de los Derechos Humanos. La fecha le permitió al grupo denunciar lo que consideraban el avance de las autoridades de la Colonia Montes de Oca sobre la autonomía y los alcances de un proyecto que se inició en septiembre de 2011, con la primera vivienda cogestionada abierta en un inmueble de la calle Güemes.
Para ese entonces, los integrantes del equipo interdisciplinario que administraban los tres inmuebles ya habían sufrido un desplazamiento: en octubre quedaron al margen de la casa ubicada en Güemes, a pesar de los reclamos planteados y del apoyo recibido de comerciantes y vecinos de la zona. Los temores de diciembre se concretaron un mes después, cuando la Dirección de Montes de Oca decidió separar al grupo también de las casas de Alvear.
A partir de la nueva Ley de Salud Mental, las políticas públicas referidas al tema apuntan a la externación paulatina de los pacientes que, en muchos casos, permanecieron en el encierro de las colonias durante décadas. En ese marco, aparecieron distintos dispositivos o casas de externación. En los tres casos mencionados, sus promotores –ahora desplazados- sostuvieron que se trataban de proyectos cogestionados con la Colonia Montes de Oca, ya que si bien los profesionales los aporta la institución, las casas son alquiladas y mantenidas económicamente en cuanto a sus servicios por los propios habitantes, a partir de subsidios y pensiones.
"Se empezó a trabajar con distintas instancias del afuera y como grupo de trabajo íbamos también confrontando con nuestros saberes y prejuicios. Quisimos buscar algo superador a las casas mantenidas exclusivamente por la Colonia. Entonces pensamos en alquilar alguna vivienda a partir de los recursos que pudieran aportar los futuros residentes, porque si queremos que verdaderamente sean ciudadanos aparecen derechos restituidos pero también obligaciones que cumplir. Así nació lo de la casa asociada o cogestionada", explicó a este medio Gladys Chutte, trabajadora de Montes de Oca desde hace 20 años e impulsora de las tres casas. En su currículum también figura su desempeño como coordinadora de la primera casa de externación y el primer centro de día que tuvo la Colonia, ambos en la localidad de Torres.
"Además pensamos en un acompañamiento diferente al del manicomio porque quienes conocíamos las casas sostenidas por la institución sabíamos que las prácticas manicomiales se repiten, que vuelven, porque la cultura institucional está enraizada en cada uno de los trabajadores. Así se nos ocurrió la figura del referente comunitario, es decir, alguien para quien la persona resulte su referente en la ciudad, porque hay que pensar que a Montes de Oca llegaban pacientes de todo el país", agregó.
Como integrante del equipo transversal interdisciplinario y comunitario que impulsó y dirigió las tres casas, Chutte se refirió a lo ocurrido en los últimos meses. En igual sentido se expresó Martín Chimino, uno de los dos referentes comunitarios que cumplían funciones en las viviendas de Alvear. Ambos invitaron a las autoridades de la Colonia a realizar un debate público sobre la situación generada y a otros aspectos que hacen a la vida cotidiana de la institución.
- ¿Cómo empieza la intervención de la Colonia?
- Chimino: Hay un cambio institucional en la cúpula de la Colonia. En 2014 ingresó a la Dirección de Rehabilitación Silvia Palamarchuk, que es el área que tiene a su cargo las casas de externación. A eso se suma el Equipo de Monitoreo y Enlace con cuatro profesionales.
- Chutte: Ahí aparecieron los primeros golpes en la casa de la calle Güemes. Un día llegué a la casa y me encontré a las profesionales del Equipo de Enlace en plena acción, con guantes y requisando todo. Era un cuadro dantesco que no entendía. En el medio de todo esto nos avisan que se iba a incorporar a nuestro equipo una persona por decisión de la Colonia. A partir de ahí y de la intervención de esta persona comienzan a darse situaciones de manicomio, como la aparición de candados en los muebles. En septiembre nos convocaron desde la Dirección a una reunión con Rossetto y Palamarchuk para decirnos que el informe realizado por el Equipo de Enlace era nefasto en relación con la situación de la casa, aduciendo cosas como que las personas no comían o había mercadería vencida. Le pedimos ver el informe, pero nunca lo recibimos. En ese encuentro, Palamarchuk puso en duda el trabajo de los referentes. Lo que nosotros le recordamos a Rossetto fue la cantidad de congresos en los que presentó el proyecto. En la reunión no se resolvió nada.
- ¿Cómo siguió?
- Chutte: Nosotros decidimos presentar un informe a la Dirección sobre la situación de la casa. Casi en paralelo, la Colonia emitió un memo donde nos informaba que el referente y el equipo quedaban desafectados del proyecto.
- ¿De qué manera se produjo la intervención en las casas de Alvear?
- Chimino: Después de lo ocurrido con la casa Güemes sabíamos que las próximas eran las viviendas de Alvear. El 30 de diciembre Gladys (Chutte) recibió un correo electrónico avisando que la Colonia iba a mandar un coordinador general. En la casa Güemes directamente avisaron e hicieron sumarios. Como eso les generó un costo, en las casas de Alvear decidieron meter una coordinadora general. Lo primero que nos dice esta coordinadora fue que ella iba a manejar todo el dinero. Ante eso le planteamos que hasta que la Dirección no expresara por escrito los cambios todo era demasiado informal. Antes del 15 de enero, la coordinadora denunció una amenaza telefónica y dejó entrever que la persona que realizó esa amenaza era yo, que para ese entonces estaba de vacaciones. En un clima cada vez más crispado, el 6 de febrero estaba programada una reunión con el director de la Colonia, pero antes nos llegó un oficio firmado por la directora de Rehabilitación diciendo que estábamos afuera del proyecto.
- Chutte: Es de destacar que en el proceso, desde la institución no hubo consulta a los residentes de las viviendas, no considerándose lo expuesto en asambleas, desde que esta situación echó a andar, como tampoco lo expuesto por uno de los residentes ante su curaduría en Mercedes, y no se consideró la participación de una curaduría familiar que tiene uno de los residentes.
- ¿Qué análisis hacen de todo lo ocurrido?
- Chimino: A Gladys la sacaron de la primera casa y del primer centro de día que tuvo la Colonia. Después armó este nuevo grupo, y ocurrió lo mismo. Ahora a ella no la quieren echar, la quieren mandar al Pabellón 6 para que arranque de nuevo. La Colonia tiene características de una escuela represiva disciplinadora. Lo que hacen en este caso, como en otras oportunidades, es cooptar los proyectos que ellos no pueden armar. Mientras el proyecto le sirvió a Rossetto para presentarlo en los congresos la cosa iba, cuando el proyecto se tornó molesto, nos corrieron. Modestia aparte, creemos que somos el equipo que llevó el espíritu de la ley más cabalmente adelante. Eso es mucho ruido para el adentro, porque los equipos empezaron a tener autonomía.
- Chutte: Cuando un proyecto está consolidado y ya fue "vendido" públicamente, te corren y ponen otro equipo para que mantenga el maquillaje.