Domingo//Romina Massone vive en Punta Cana. Llegó hace un año y medio empujada por una amiga. Se siente feliz, rodeada de un paisaje paradisíaco. Aunque siempre recuerda “las calles de Luján”.
Hace apenas año y medio que Romina Massone partió de Luján. Siempre le había gustado viajar y por entonces "buscaba un cambio", como nos cuenta desde su nuevo lugar en el mundo. "Sabía que quería irme, pero no a la deriva", recordó. Fue entonces cuando apareció un destino: Punta Cana, en la República Dominicana. "Ahí vive Bren, una gran amiga y vecina de nuestra ciudad. Ella me ofreció su casa y colaborar con ella en un campamento de verano que estaba por comenzar. Fue eso lo que terminó de decidirme para venir".
Romina asegura que "al mencionar República Dominicana todos hacemos referencia a Punta Cana, pero es mucho más que eso. Es un sitio muy bello, repleto de playas paradisíacas. El clima se presta para toda actividad que desees realizar, con gente de mucha amabilidad, simple y despreocupada".
En la actualidad, esta lujanense (o "lujanera", como prefiere identificarse) está en pareja con David, "un gallego del sur de Galicia". "Con él nos equilibramos muy bien", cuenta.
Feliz en Punta Cana, asegura que "siempre vas encontrando nuevos amigos, gente con la cual te tomás una copa y vas charlando de diferentes culturas. Lo cual es muy interesante y siempre te quedás con un poquito de cada cosa que te cuentan y aprendés".
A lo positivo de su sitio, Romina lo define de manera muy gráfica: "se vive libre o como se dice "Hakuna Matata". Siempre digo que el sitio donde vivo es un poco costoso, en especial porque se trata de una zona de mucho turismo. Pero se tiene muy buena calidad de vida".
Como suele pasarle a quienes se instalan en el exterior, subrayan como negativo "que está bastante lejos y eso pesa. En ocasiones se extraña demasiado".
Romina comenzó a trabajar en una compañía que provee todo tipo de elementos a hostelería. "Mi día comienza 6 y media, corriendo unos 10 kilómetros. Luego voy a la oficina hasta media tarde. Al salir siempre, hay algún plan: puede ser cine, un trago, una cena o a la misma casa a hacer una que otra actividad".
- ¿Cuáles son sus proyectos?
- "Proyectos... Es una palabra un poco amplia para este momento de mi vida. Hoy vivo aquí y feliz. Estoy totalmente abierta a cualquier cambio".
Con sus familiares y afectos locales Romina se comunica a través de Viber, Skype, Whatsapp. "Extraño casi todo de la "Ciudad de la Fe". A veces me pongo a recordar y a pensar en sus calles, en cuáles eran sus nombres, por qué sitio estaba ubicada cada cosa. Son calles por las que andaba mucho en bicicleta. Es algo que siempre pienso. Obviamente pienso mucho en mi gente".
Por el contrario, afirmó que "lo que no extraño es el desorden en todos sus sentidos. Unos de mis deseos al irme fue poder regresar a mi ciudad una vez por año. Ya que en este caso la distancia es el precio que hay que pagar para que los sueños se hagan realidad".