“Estoy en una ciudad que todo el mundo debería conocer”

Miércoles//Charla con Flavia Bartolo, actualmente vecina de Barcelona, España. Cómo llegó hasta allí, su apego con esa tierra y sus ganas de volver.

"Hace once años que tomé la decisión de viajar a las afueras", nos cuenta Flavia Bartolo, hoy ciudadana de la cosmopolita Barcelona, en España. Su primer destino fue Milán, en Italia. En realidad, un pueblito retirado llamado Borgo Ticino, en la región de Piamonte. "Me fui porque en aquel entonces estaba de novio con un chico argentino, que por cosas de familia decidió irse a vivir a Italia y yo, como estaba enamorada y todas esas cosas tontas que hace el amor, decidí seguirlo", confiesa Flavia.

"En Italia no me adapté, estaba negada a los italianos, al idioma, no me encontraba a gusto. En fin, no nos adaptamos. Así que mi novio tenía una conocida que vivía en Barcelona. Logró contactarla y a la semana estábamos viajando para España en un Ford Fiesta muy viejo, creo que era modelo 90. Creímos que nos iba a dejar a medio camino, pero viejito y todo nos llevó por Italia, cruzamos Francia y llegamos a España", relata.

Hoy su lugar en el mundo es Barcelona. "Es una ciudad muy bonita donde tienes todo. Miras a un lado y tienes el mar, miras atrás y tienes las montañas. Tienes el centro agobiante, con mucha gente, muchos coches. Tienes mi barrio (Poble Nou) que es muy tranquilo. Es lindo para la vida en familia, tranquilo. Es una ciudad que todo el mundo debería tener la suerte de conocer", expresa Flavia.

Allí, esta lujanense en el mundo armó familia. Tiene a su pareja y sus dos niñas: Valentina, de 7 años y Malena, de 16 meses. "No diría que tengo amigos. No sé si esa es la palabra exacta, pero sí gente excepcional que recordaré toda mi vida", cuenta.

En la actualidad Flavia trabaja en una tienda de crepés en una feria que se monta especialmente para fin de año. Si tiene que describir un día en su vida, lo hace así: "A la mañana suele ir a limpiar una casa; de 11 a 14 más o menos. Cuando salgo voy rápido a buscar a mi bebé, le doy la comida y me preparo para ir a la crepería. De allí salgo tipo diez de la noche. Y por fin en casa nuevamente".



- ¿Qué proyectos tenés para el futuro?

- "Tengo muchos, mil ideas que tienen que ver con quedarme acá y también con irme para allí, para Luján. Me tira mucho la idea de volver".



En el camino que termine emprendiendo Flavia y su familia pasarán los aspectos positivos y negativos de la experiencia en Europa. "Lo más positivo que me dio Barcelona son mis hijas", afirma. "Lo negativo es la distancia inmensa que me separa de mis padres, de mi hermana y de mis sobrinos. No poder de vez en cuando sentir esa palmada o ese abrazo es lo más duro y difícil", admite.

"De Luján extraño a mis padres, a mi casa, mi calle. Despertarme con el ruido de la sierra de fondo que viene del galpón de mi papá. Pero sobre todo extraño a mis padres. Sueño con volver a Luján. Ojalá pronto tengan guardado un lugar para mí. No hay algo que no extrañe. Extraño y mucho", dice, como cierre de la charla.