Enterramientos NN: las huellas locales de una práctica generalizada durante la dictadura

Sábado//Fue una de las metodologías utilizadas para borrar el rastro de las personas asesinadas por el accionar criminal. Años atrás, los restos de cuatro desaparecidos lujanenses fueron identificados en cementerios de otras ciudades.

A fines del año pasado, el ex mayor del Ejército Ernesto Barreiro se refirió a la existencia de fosas de desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar en tres sectores de la provincia de Córdoba, dos de ellos ubicados en el Tercer Cuerpo de Ejército donde funcionó el centro clandestino de detención de La Perla.
La mención, ocurrida en el marco de la causa judicial conocida como "La Perla-Campo de la Ribera", no hizo más que sumar otro elemento a los tantos que existen en relación a una de las prácticas utilizadas para la desaparición definitiva de las víctimas fatales del accionar represivo.
Luján, como una ciudad que cuenta con más de 20 desaparecidos, puede vincularse a la metodología de los enterramientos NN desde dos aspectos. En primer lugar, porque en algunos pocos casos lograron identificarse los restos que permanecían enterrados en cementerios de otras ciudades, gracias al decisivo trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Pero además, la realidad lujanense de aquellos años oscuros registra inhumaciones NN en la necrópolis local de personas asesinadas por el aparato criminal que tenía su base de operaciones en la vecina ciudad de Mercedes a través del Regimiento 6.

HALLAZGOS
En septiembre de 2001, el Equipo Argentino de Antropología Forense comunicó que habían sido identificados los restos de Arnaldo Harold Buffa, Hilda Vergara de Buffa y Jorge Leonardo Elischer en sepulturas del cementerio de José León Suárez, en el partido de San Martín.
En el caso del matrimonio compuesto por Buffa y Vergara, su secuestro se produjo en Paso de los Libres, provincia de Corrientes, el 10 de julio de 1976, conjuntamente con el de Vicente Omar Pascarelli, otra de las personas que engrosan la lista de los desaparecidos lujanenses. El matrimonio había militado en el Partido Socialista de los Trabajos (PST) y ante las crecientes amenazas optaron por abandonar Luján. De hecho, Buffa sufrió en noviembre de 1975 una detención perpetrada por el comando paramilitar Jordán Bruno Genta.
La identificación de sus restos permitió, además, terminar de reconstrucción la historia del matrimonio luego del secuestro. Según el informe del EAAF, "a principios de agosto de 1976 varios diarios reprodujeron un comunicado del Ejército que daba cuenta de un enfrentamiento ocurrido en la localidad de José León Suárez, a resulta del cual habían fallecido cuatro personas, entre ellas el matrimonio compuesto por Vergara y Buffa". El trabajo elaborado por el Equipo de Antropología concluía que "podemos sustentar la hipótesis de que las cuatro personas mencionadas fueron privadas ilegalmente de su libertad, mantenidas en esa condición en un centro clandestino de detención y ejecutadas extrajudicialmente el 31 de julio de 1976".
Jorge Leonardo Elischer, en tanto, fue secuestrado en Luján el 7 de julio de 1976, cuando tenía 29 años. Sus inquietudes políticas lo habían llevado a militar en las filas del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PTS). Fue asesinado de la misma forma que Vergara y Buffa. En estos casos, los enterramientos fueron registrados en los libros del cementerio.
En octubre de 2009, el Equipo Argentino de Antropología Forense logró la identificación de los restos de Julio Navarro, quien fuera secuestrado el 8 de julio de 1976 a los 18 años, en el partido de Pilar. Antes de su desaparición, Navarro militaba en la Juventud Guevarista: "Se trata de una larga y penosa búsqueda que gracias a la destacada labor del Equipo Argentino de Antropología Forense ha revelado la verdad sobre el ocultamiento de su secuestro, desaparición forzada y asesinato", expresó una nota que en aquel momento envió a la redacción de EL CIVISMO Mónica Navarro, hermana de Julio.
Según obra en el informe correspondiente, los restos fueron inhumados clandestinamente en el cementerio de Avellaneda en el segundo semestre de 1976. Y si bien resultaron exhumados en 1999, fue posible la identificación completa a través de los análisis efectuados en el marco de la Iniciativa Latinoamericana de Identificación de Desaparecidos (ILID), información que se divulgó en junio de 2009, una década después. El EAAF anunció la identificación de los restos de 42 desaparecidos durante la última dictadura, luego de haber exhumado casi 600 esqueletos de fosas comunes.

CEMENTERIO
A tapa completa, en su edición del 10 de noviembre de 1982, EL CIVISMO titulaba: "Se investigan tumbas NN en el cementerio de Luján". Fue la primera de varias noticias que entre ese año y 1984 aparecieron vinculadas a lo ocurrido durante la dictadura en la necrópolis local.  
La denuncia inicial, impulsada por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) que encabezaba el lujanense Emilio Fermín Mignone, fue presentada ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Penal Nº 4, a cargo del Dr. Víctor Ratti Quintana, Secretaría Nº 7, del Departamento Judicial Mercedes.
Mignone solicitaba que se investigaran inhumaciones no identificadas: "El denunciante solicita distintas medidas de prueba. Entre ellas el inmediato secuestro de los Registros y Asentamientos de los cadáveres inhumados en el Cementerio Municipal de dicha ciudad y en particular de los existentes en las tumbas 3 y 55 del cuadro 8 de la sección cuarta; la sepultura 96, cuadro 6; y los cuadros 10 y 11 de la misma sección".
Concretamente, en la denuncia presentada por el CELS se hacía referencia a inhumaciones ocurridas a fines de mayo de 1976 de "cuatro cuerpos como NN correspondientes a dos hombres y dos mujeres jóvenes". Se indicaba, además, que una de las víctimas, cuya edad se estimaba en 20 años, "mostraba un embarazo de varios meses y era perfectamente identificable". En ese sentido, "parecía ser de cabello lacio color castaño y de estatura mediana. Uno de los hombres tenía colgado al cuello una medalla".
Mignone planteaba que la investigación abarcara también la responsabilidad de las autoridades locales: "Se pide igualmente se recabe declaración testimonial de Irundo Costa, jefe de Servicios Generales de la Municipalidad; de Vicente Saboeí, sereno de la necrópolis; de Silverio Pedro Sallaberry, intendente municipal entre 1976 y 1982; y del Teniente 1 Enrique Durán, del Regimiento 6 de Infantería de Mercedes. Se requiere también la vigilancia del lugar para que no se realicen alteraciones; una inspección ocular y la inspección de las partidas de defunción que obra en el Registro Provincial de las Personas".
Para diciembre de 1983, en una charla pública, Mignone exponía que eran 16 los cadáveres traídos al cementerio local sin intervención judicial, bajo la acción de la Policía y el Ejército, pero lamentaba que el juez de la causa "avanza muy lentamente".
Al margen de esta denuncia, los documentos comprueban que en julio de 1977 fueron enterrados como NN cuatro militantes asesinados por fuerzas del Ejército en Fray Manuel de Torres. Así lo atestiguan las actas de inhumación 400, 401 y 403 fechadas el 5 de julio y el documento 402, registrado un día después. Se trató de tres hombres y una mujer, cuyas edades se estimaron entre los 18 y los 25 años. Según esas actas, los cuatro murieron como consecuencia de la "destrucción de masa encefálica por herida de bala". Los cuerpos fueron ubicados en la sección 4, cuadro 10, sepulturas 1, 4, 11 y 14 respectivamente.
Según el comunicado difundido por el Regimiento 6 y reproducido sin cuestionamientos por varios periódicos (entre ellos EL CIVISMO), las cuatro personas fueron dadas de baja como consecuencia de un enfrentamiento fortuito, versión que es desmentida por testigos que recuerdan la preparación de un operativo que motivó el desplazamiento de uniformados con asiento en Mercedes, entre ellos colimbas.
Con el regreso de la democracia, el tema de los NN en el cementerio local motivó la intervención del Concejo Deliberante. El Departamento Ejecutivo de aquel entonces, además, generó un expediente que actualmente se encuentra extraviado de los archivos municipales, y sólo se conserva el análisis que el Concejo Deliberante realizó de dicha documentación.
Allí se comprobaba que "no coinciden los registros de inhumaciones del cementerio local con los informes solicitados al Hospital Nuestra Señora de Luján, a los Bomberos Voluntarios, a la Policía de la Provincia de Buenos Aires y a institutos como las Colonias Dr. Montes de Oca y Dr. Domingo Cabred" en el período 1975-1983".
Los concejales plantearon que "atento a que de los informes antes mencionados surgen con evidencia irregularidades de orden administrativo en lo relacionado con la exactitud que se supone debe guardar el registro de inhumaciones del cementerio local, se considera conveniente que el Departamento Ejecutivo inicie el correspondiente sumario administrativo con el objeto de deslindar la responsabilidad que pueda corresponderle a los funcionarios y personal municipal interviniente en las mencionadas inhumaciones del cementerio local".
Según la documentación del expediente, había quedado comprobada la existencia de un "sinnúmero de cadáveres NN que fueron entregados sin que existan constancias de la fecha de entrega, ni de la persona u/organismos a quienes le fueron entregados y en muchos casos no existen constancias de que hubiera o no intervención policial".
Ante esos datos, el Concejo Deliberante decidió dar intervención a la Justicia.

MERCEDES
Resulta interesante comprobar ciertas similitudes entre lo que ocurrió en Luján con lo denunciado en Mercedes con respecto a supuestos enterramientos NN. La vecina ciudad, a partir del Regimiento 6, resultó el centro de operaciones en un amplio radio –que incluía a Luján- del sistema represivo dispuesto durante la dictadura.
En un informe elaborado años atrás por Ciro Lalla, activo militante de los Derechos Humanos, se especifica que tal como sucedió en Luján, el Concejo Deliberante de Mercedes tomó intervención en el tema a través de una comunicación dirigida al Departamento Ejecutivo para solicitarle una lista de las inhumaciones NN registradas en el cementerio local.
En ese contexto, el administrador del cementerio, Félix Picardi, informaba que "entre 1976 y 1978, según es de conocimiento del personal de la necrópolis, se habrían producidos ingresos de cadáveres en horas de la noche; cuatro en un caso y dos en otra fecha". Agregaba que "estos cuerpos no habrían quedado anotados en los registros y fueron remitidos luego de varios días con igual sigilo".
Como en Luján, los concejales decidieron darle intervención a la Justicia. La causa, iniciada el 4 de abril de 1984, recayó en el Juzgado Penal 3 del Departamento Judicial de Mercedes. Según apunta Lalla en su informe, "dos años después, el 3 de febrero de 1986, se declara la incompetencia del Tribunal y se remite la causa para actuar al Juzgado Federal de Mercedes". Sin embargo, "el juez Eduardo Pisoni tomó las riendas para declarar inmediatamente su incompetencia, y la causa fue girada al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, donde, por supuesto, no se buscaba investigar nada".
Al igual que en Luján, el camino judicial del tema nunca avanzó: "Pasaron los años sin que se supiera la verdad de lo que aconteció en aquellos oscuros años de nuestra historia reciente en el Cementerio de Mercedes", concluye Lalla.