Trasladaron a 14 detenidos a una Alcaldía de La Plata

Jueves//La mayoría de los detenidos consiguieron ser trasladados. Los familiares dieron muestras de conformidad ante la decisión del Juzgado de Garantía de Mercedes. Horas antes, un médico constató que los detenidos se encontraban en buenas condiciones de salud.

A las 22.17, salieron con destino a la Alcaldía Departamental "Roberto Pettinato", ubicada en Ruta 36 y calle 47, de la localidad de Lisandro Olmos, Partido de La Plata, 14 de los 19 detenidos alojados en la Comisaría Luján Primera.
Con fuertes medidas de seguridad, que incluyeron el corte de calles y un dispositivo a cargo de personal de Infantería llegados de Morón y General Rodríguez, GAD y Grupo Halcón, los presos fueron llevados en una unidad cerrada de las Fuerzas Especiales Halcón escoltada por varias patrullas policiales que partieron a respetable velocidad tomando por Las Heras en contramano para doblar enseguida por Italia.
Los presos trasladados son aquellos que firmaron una especie de petitorio donde reclamaron desde el lunes mejores condiciones de alojamiento. Por disposición del Juzgado de Garantías de Mercedes, dejaron los calabozos de la seccional local: Laureano Ocampo, Guillermo Archiprete, Pablo Mansilla, Miguel Ávila, Javier Vega, Juan Carlos Figueroa, Alejandro Fernández, Miguel Briusa, Brian Miño, Leandro Monzón, Jonathan Rivero, Ariel Larrea, Martín Motola y Daniel Lescano Redondo.
La lista fue leída en la puerta de la Comisaría por el subcomisario Gastón López quien informó que los familiares deberán comunicarse con el Servicio Penitenciario para obtener mayores datos sobre sus seres queridos. Para mayor tranquilidad, agregó que la alcaldía no es lo mismo que una cárcel ya que tiene otras dimensiones y, por ende, las condiciones de alojamiento son diferentes. En consecuencia, los familiares recibieron con cierta sensación de alivio estas palabras tras haber permanecido en vilo frente a la dependencia policial desde las primeras horas de la tarde.

LARGA ESPERA
Con la incertidumbre de no saber cómo se encontraban los detenidos y ante el temor a ser golpeados, con el correr de las horas fueron llegando familiares en un número mayor al lunes, cuando se reunieron en Las Heras al 300 ante una serie de demandas que hicieron los reos.
Para las 18, unas 40 personas –entre ellas varias mujeres con criaturas en sus brazos de apenas días de vida- hicieron que la presencia de elementos del GAD que estuvieron en la puerta durante toda la tarde, se reforzara con personal de Infantería y Grupo Halcón.  A todo esto, varias cuadras fueron cortadas al tránsito ante la posibilidad (remota) de producirse disturbios.
Dos horas y 20 minutos después, salió un médico quien había constatado que los detenidos se encontraban en buen estado de salud. Sin embargo, afuera, familiares aseguraban que algunos presos tienen sarna como consecuencia de las pésimas condiciones que hay en el sector de calabozos.
Para entonces, se habían reanudado las visitas. En turno de una hora y media, familiares fueron tomando contacto directo con los detenidos en lugar de hacerlo por medio de un teléfono interno. A la salida, contaban haber visto tarimas en el piso debido a que estaban inundados por aguas servidas que provienen del sistema cloacal que se encontraría desbordado, al tiempo que remarcaban que el aire se tornaba irrespirable.
Asimismo, volvieron a remarcar que a los detenidos no les llegaba la comida que a diario llevan. En este sentido, contaron decenas de situaciones que se darían en la Comisaría a partir de la fuga ocurrida en octubre de 2014. Ese hecho, según los familiares, marcó un punto de inflexión ya que los controles comenzaron a ser muchos más estrictos y en ocasiones hasta abusivos, comentaron.
"El comisario le dijo a los presos que si querían agua se la tenían que ganar", coincidieron en decir al menos dos madres. Otra mujer manifestó que los presos pasan hambre porque, a pesar que le llevan comida suficiente, no siempre llega la totalidad de las raciones. "Los sándwiches tienen una sola feta de fiambre y los tienen que partir al medio para que todos puedan comer", se quejó una joven.
Entrada la noche, a cuenta gotas llegaba información respecto a la situación de los detenidos. Al ser consultado por familiares, el comisario inspector Marcelo Guerra fue escueto: "El que se quiere ir se irá; y el que no se quedará".
Minutos antes de las 21, se especuló que los que iban a ser trasladados serían 9 ó 10, luego se habló de 12 y finalmente la lista trepó a 14. Mientras el número final se definía en el interior de la seccional, afuera casi nadie se movía ante un rumor que corría con fuerza y hacía referencia a que cuando se iban los familiares, la Policía respondería aplicando todo el rigor  a los detenidos que hicieron reclamos.