Limpiar lo más difícil

Horno, ventanas, sanitarios... y hasta un total de 15 elementos difíciles de limpiar. Te contamos cómo hacer un buen mantenimiento y alargar su vida. Toma nota de nuestros trucos.

En la cocina
Campana: evita que la grasa se acumule. Lava los filtros en el lavavajillas y repasa el exterior con agua y jabón.
Encimera: límpiala después de cada uso y elimina las manchas rápidamente. Evita líquidos corrosivos y estropajos.
Grifería: elimina la cal con un algodón con vinagre o alcohol. Frota con una bayeta de microfibras para que brille.
Armarios: vacíalos y límpialos por dentro y por fuera con un poco de detergente diluido en agua. Repasa los tiradores.
Fregadero: límpialo tras cada uso. Utiliza bayetas suaves y seca bien. Para que recupere su brillo frota con aceite.
Cubo de basura: para limpiarlo, pon vinagre a hervir y frota sus paredes cuando aún esté caliente. También puedes mezclar bicarbonato diluido en agua, vinagre y aceite esencial de limón, y vaporizar con la mezcla. Y para controlar el mal olor, pon dos cucharadas de bicarbonato en el fondo.

Los electrodomésticos
Microondas: usa una tapa para calentar los alimentos. Y para limpiarlo, calienta vinagre y zumo de limón en un bol unos segundos; el vapor que produce reblandece las salpicaduras y son más fáciles de quitar.
Horno: evitarás que se ensucie, poniendo en la bandeja papel de hornear. Aplica bicarbonato sobre las paredes todavía calientes y déjalo actuar toda la noche. Para eliminar el olor a comida quemada, mezcla vinagre y sal fina, y frota con un paño.
Lavavajillas: con cada ciclo, retira los restos de comida para evitar que se obstruyan los filtros. Abre la puerta después de cada lavado para que se airee, y deja correr el agua caliente del grifo antes de usarlo, así el lavado comienza con la temperatura adecuada desde el principio. Cada tres meses, revisa los orificios de los brazos giratorios con un palillo y limpia con un cepillo los bordes de las puertas y las uniones, y para terminar, haz un ciclo vacío para limpiar los depósitos del agua sucia.
Lavadora: limpia la cubeta y los filtros para que no se obstruyan. Lava también el cajetín del detergente y la junta de la goma. Aprovecha su capacidad sin sobrecargarla (la ropa debe poder moverse) y, de vez en cuando, haz coladas sin carga. Además, debes tener cuidado con la cal, sobre todo en zonas con agua dura; añade un producto descalcificador o un poco de vinagre.
Secadora: mezcla prendas grandes y pequeñas para distribuir el calor. Ajusta el tiempo de secado y durará más.
El frigorífico: cuida el que más se utiliza.
Al colocarlo: para que tenga un funcionamiento óptimo, no lo pegues mucho a la pared, aléjalo de las fuentes de calor y evita sobrecargarlo. Por dentro: vacíalo y vaporiza las paredes con una mezcla de bicarbonato y agua. Quita los estantes y accesorios y lávalos con agua jabonosa.
Sin olores: repasa las paredes con un paño con limón. Unos trozos de carbón vegetal o bicarbonato "atrapan" los olores.
El congelador: para quitar la escarcha introduce un recipiente con agua hirviendo; no uses cuchillos ni objetos punzantes.
Limpieza a fondo: necesitas menos productos de los que crees. Lo más importante es que te protejas con unos guantes y te ayudes de pequeños cepillos para las zonas más complicadas. Usa un paño de microfibras para el polvo y agua y jabón para las superficies.

Zona de fuegos como nueva
Cuando cocines: tapa las sartenes para que no salpiquen y elimina cualquier derrame lo más rápido que puedas.
Quemadores: ponlos en remojo con agua caliente y vinagre durante una hora para "ablandar" la suciedad. Seca, espolvorea bicarbonato y frota.
Vitrocerámica: lo mejor es limpiarla con un producto específico o con agua y poco jabón, nunca con productos abrasivos ni estropajos.
Manchas difíciles: Retira las manchas pegajosas, como el azúcar, de inmediato, porque se adhieren a las superficies.

En el baño
Sanitarios: límpialos con vinagre, combate la cal y los gérmenes, y frota las manchas de la bañera con bicarbonato.
Manchas de cal: elimínalas con un poco de vinagre. Si no desaparecen, frota con la pasta que consigas mezclando agua, bicarbonato y zumo de limón. Enjuaga con agua y seca.
Azulejos: límpialos con una mezcla de jabón blanco rayado y alcohol. Si se han quedado mates, repásalos con leche desnatada y abrillanta con un paño seco. Limpia las baldosas con el agua de cocer las patatas.
Juntas: frótalas con un cepillo para eliminar la suciedad y píntalas con la mezcla de escamas de jabón blanco y un poco de alcohol.

4 claves para que la limpieza dure más
Sé constante: No demores la limpieza de lo más complicado. Si eres cuidadosa a diario, su mantenimiento es más sencillo y evitas posibles averías.
Fija prioridades: Vacía la nevera cada tres meses, limpia los filtros de la lavadora una vez al mes... Ten claro lo urgente, así evitas hacerlo todo a la vez.
En el baño: Desinfecta los sanitarios cada semana y aprovecha el vapor de la ducha para limpiar el espejo y la mampara.
Cuida los detalles: Repasa los pomos de las puertas y elimina el polvo de los rodapiés cada dos semanas. Los pequeños gestos mantienen tu casa limpia.

Ventanas, por dentro y fuera
Polvo: antes de limpiar, retira el polvo de marcos y cristales con una bayeta húmeda.
Cristal: un limpiador a base de agua y vinagre o también con alcohol o limón les devuelve su brillo. Usa una espátula de goma para limpiarlos, un trapo seco puede rayarlos, y seca con un poco de papel de periódico.
Protege: baja las persianas cuando llueva o protege los cristales con toldos y contraventanas.

Fuente: http://www.elmueble.com/