Recordaron a Ignacio y Ricardo Cordero a una década de la tragedia

Martes//Fue el sábado pasado por la mañana en el Cementerio Municipal, en donde descansan los restos de los hermanos. Allí, familiares y amigos descubrieron placas para recordarlos y les dedicaron unas palabras.

Con un acto en el Cementerio Municipal, en donde descansan los restos de los hermanos Cordero, se recordaron a Ignacio y Ricardito, fallecidos el 30 de diciembre de 2004 en lo que fue la tragedia no natural más importante de la historia Argentina. A 10 años de Cromañón, Luján tuvo su espacio para no olvidar.
El acto estuvo encabezado por los padres de los jóvenes lujanenses. Con entereza pero reflejando el dolor sufrido en esta última década, Estela Rodríguez de Cordero sostuvo que "nada podrá suplantar sus lugares. Este barco estuvo muchas veces cerca de naufragar. Pero gracias a los familiares y los amigos pudimos salir adelante".
Además, afirmó que las ausencias de "Nacho" y "Tuti" –tal como los llaman- son solamente físicas "porque están presentes todos los días en nuestro recuerdo, en las anécdotas". Además, remarcó la fuerza de los "cuatro leones que tenemos como hijos" y "las dos nietas que nos dio la vida, con una tercera en camino". Acompañada por su familia, volvió a pedir "justica para que esto no vuelva a suceder".
Antes de descubrir las placas, los amigos de los jóvenes también leyeron unas palabras. Allí, uno de los amigos de Ricardito dijo que "no sólo en días como estos nos embargan los recuerdos. Quizás estas fechas sean las más difíciles, pero el recuerdo está siempre presente entre los que te conocimos, los que te quisimos, los que te queremos. La angustia que trae la ausencia, pero también la alegría de haberte sabido feliz, haber podido conocerte y ser parte de tu vida".
"La certeza de que te vamos a querer siempre, porque no estás acá hoy, pero estas en todos nuestros corazones. La placa es un detalle, porque realmente no necesitamos una placa o un aniversario que nos ayude a recordarte, por el simple motivo de que no habría manera de que te pudiéramos olvidar, Tuti", sostuvo uno de sus mejores amigos.
Por su parte, un amigo de Ignacio leyó: "Cuando hablamos sobre la frase para colocar en esta placa, había muchas cosas para remarcar sobre la personalidad de Nacho que dejaron una huella en cada uno de nosotros. Su alegría, su humor, sus frases ocurrentes, su amistad a ciegas… Pero sobre todo queríamos agradecerle su compañía. Porque él siempre estaba".
En tal sentido, dijo que "ya pasaron diez años de su ida. Diez años y parece que fue ayer que debimos atravesar todo ese momento. Como grupo, nosotros nunca hablamos de lo que sucedió ese día. Tal vez porque es demasiado doloroso. Porque, a pesar del tiempo, las heridas siguen frescas. Cada uno lo vivió a su manera. Pero de lo que sí podemos hablar es de Nacho. Como si estuviera acá. Como si nunca se hubiese ido. Porque en cada historia, en cada anécdota, en cada cuento, siempre está presente. Podríamos estar toda la mañana repasando anécdotas. Y todas  nos robarían una sonrisa. Y esa es la forma en la que lo queremos recordar. Con su alegría que nos marcó. Y que nunca se va a borrar a pesar del paso del tiempo".
 Luego, cada uno de ellos descubrió la tapa correspondiente para homenajear a los dos jóvenes cuyas vidas se truncaron aquel trágico 30 de diciembre. "Tuti: siempre presente en nuestros corazones";  "Nacho: acompañándonos en cada momento, presente en cada recuerdo". Un fuerte y sostenido aplauso cerró una mañana dolorosa. La herida de Cromañón sigue abierta dentro de nuestra comunidad.