En los penales, Luján encontró un alivio de fin de año

En su primera presentación de la Copa Argentina el Lujanero se pudo olvidar -al menos por un rato- de su lamentable presente futbolístico. No fue nada fácil y, para no perder su costumbre, tuvo que estirar su sufrimiento hasta la definición por penales. Durante los minutos regulares del partido el equipo de Brayotta mereció algo más de lo que obtuvo. Encima, después de un buen arranque, en la primera llegada con algo de peligro del rival el árbitro Fernando Velarde sancionó un polémico penal que Grecco no tuvo pudor en marcar. Las cosas a partir del gol de Puerto Nuevo empeoraron para el equipo de La Mona. Incomprensiblemente, cuatro minutos después, a los 34, Matías Iglesias dejó a su equipo con uno menos después de recibir la segunda amarilla. En la segunda etapa el Lujanero volvió a transformarse en el protagonista del encuentro. Su gran debilidad seguía siendo la poca profundidad con que se acercaba al arco rival. Más que llegadas claras, lo que se acumulaban era aproximaciones y buenas intenciones. Pero también debió sufrir cuando en varias oportunidades terminó marcando mano a mano en el fondo y Scarnato se terminó transformando en una referencia en el área contraria. El empate llegó de la forma más esperada: a los 30 minutos Monasterio ejecutó un tiro libre y Lucas Scarnato la peinó colocando la pelota por encima del arquero. Era justicia. A penales. El arquero Laureano Ibarra ya se había lucido a los 48 minutos del segundo tiempo cuando desvió un cabezazo venenoso que hubiese impedido la chance de disputar los penales. Y en el primer penal se tomó venganza de Grecco conteniendo su segundo disparo en el partido desde los 12 pasos. Luego vino el turno del Sapito Pereyra quien no aprovechó la oportunidad de sacar ventaja y dejó todo como estaba. En la segunda serie de penales ambos equipos marcaron. Primero Santoro para Puerto Nuevo y luego De la Cuesta para el Lujanero. Y luego vino nuevamente una atajada bárbara de Ibarra impidiéndole a Gotardi el grito de desahogo. Rubira, con mucha calidad, marcó y sacó la primera ventaja. En la cuarta serie todo se definió. Romero desvió su remate y Pérez Bianchi se llevó todos los abrazos al convertir el definitivo penal.