Déjalo Ser, Déjame Hacer, con graves pérdidas por el agua

La crecida del río Luján afectó al centro de discapacitados ubicada en Los Plátanos al 500. “Perdimos de todo. Veíamos cómo el agua se llevaba las cosas y no podíamos hacer nada”, explicó la presidenta Ana Lupo.

La crecida del río Luján afectó a un amplio sector de la localidad de Pueblo Nuevo como hacía tiempo no ocurría. En este marco, el Centro de Discapacitados "Déjalo Ser, Déjame Hacer" no sólo debió suspender por completo su actividad cotidiana sino que además sufrió importantes pérdidas económicas. "Nos afectó todo: el salón de usos múltiples, el comedor, el lugar de trabajo, el traslado de los chicos", explicó a este medio Ana Lupo, presidenta de la entidad ubicada en Los Plátanos al 500. "Perdimos de todo. Veíamos cómo el agua se llevaba las cosas y no podíamos hacer nada. Sentimos una gran impotencia", completó.
Déjalo Ser, Déjame Hacer es una institución pionera en su tipo y atiende a 35 chicos de la zona de Jáuregui, Pueblo Nuevo, Cortínez y Olivera. Luego de que la camioneta de la institución los pasa a buscar por sus casas, llegan al centro partir de las 8.30 y toman un desayuno. Después, trabajan durante toda la mañana bajo la modalidad de taller protegido confeccionando bolsas de consorcio y pan rallado. Al mediodía almuerzan y cerca de la 1.30 regresan a sus hogares.  
"Estamos muy apenadas por todo esto. Somos todas mamás que trabajamos por el centro pero también por nuestros hijos. Llegar acá y ver tanta pérdida provoca un dolor bárbaro porque la verdad es que si alguien no nos da una mano para recuperar lo que perdimos, nosotras solas no podemos", agregó la secretaria, Teresa Britos. Sólo en materia prima para la fabricación de bolsas la pérdida se estima en 5000 pesos. A eso hay que sumarle dos freezers llenos de comida para los chicos, un lavarropas automático y una computadora que además almacenaba gran parte de la base de datos del centro.
Por otra parte, el salón de usos múltiples quedó totalmente anegado, el escenario utilizado en los eventos con la madera gravemente afectada y la cocina invadida por el agua, al igual que las parrillas y la huerta del fondo. "Somos todas mujeres grandes y hay trabajos que ya no podemos hacer por más voluntad que le pongamos. No podemos limpiar el tanque de agua, por ejemplo. Necesitamos que nos manden ayuda para poner esto en condiciones una vez que baje el agua y volver a la normalidad lo antes posible", expresó Lupo.
"Estamos con lo justo. A pesar de las becas que recibimos, siempre hay que estar juntando algo extra para sostener la institución. Queremos volver a la normalidad cuanto antes y sabemos que hay mucha gente afectada. Pero lo pedimos sobre todo por los chicos, que no están pudiendo venir al centro", agregó Britos. Quienes deseen colaborar con la institución pueden comunicarse al teléfono 498380 o dirigirse a partir de las 8.30 a Los Plátanos 575, en Pueblo Nuevo.  

Desde 1993
Para muchos vecinos, se trató de la primera inundación. Es que esta vez la localidad de Pueblo Nuevo se vio fuertemente afectada por la crecida del río Luján. Incluso, hubo zonas que no se anegaban desde hacía más de 21 años. "Desde 1993 que no nos inundábamos", sostuvo un vecino, al tiempo que recordó cuando lo habían sacado sus padres en aquella ocasión, todavía pequeño. La inusitada crecida sorprendió a los habitantes de la zona, aunque valoraron que la subida del agua se produjo durante el día, lo que permitió levantar los muebles y salvar sus pertenencias.
 Muchos de ellos prefirieron permanecer en sus casas, durmiendo en zonas altas de las viviendas o incluso en los techos, por temor a los robos. Otros regresaban permanentemente para constatar que todo estuviera dentro de la "normalidad" causada por el río. Otro de los sectores inundados de Pueblo Nuevo es la zona de 8 de Diciembre y Fray M. de Torres, viviendas mucho más cercanas al río. En tanto, el agua llegó incluso hasta la primera cuadra del barrio El Soleado.