Un matrimonio pagó 1.000 dólares de rescate por un secuestro virtual

Viernes//Los delincuentes llamaron a las 3 de la madrugada y amenazaron con tener secuestrada a la hija del matrimonio. Ante la desesperación, entregaron una bolsa de dinero en la esquina de la casa que luego fue recogida por los supuestos captores.

Un nuevo secuestro virtual se produjo en los últimos días en nuestra ciudad. La modalidad delictiva que se repite constantemente en nuestra ciudad registró otro episodio en la zona céntrica, en donde se pagó un rescate de 1.000 dólares para la liberación de una persona supuestamente capturada por delincuentes.
A las 3 de la madrugada del lunes sonó el teléfono de línea de la casa en donde dormía un matrimonio. Del otro lado, una voz quebrada en llanto: "Mamá, por favor, es horrible lo que estoy pasando. Junta plata y vení. La estoy pasando muy mal". Ante la desesperación, la mujer empezó a dar datos que los delincuentes no poseían, como por ejemplo, el nombre de la supuesta secuestrada.
"Juntá la plata, el oro y hacé lo que te diga", pedía la joven. Luego, tomó el mando de la situación un hombre, quien afirmó: "La queremos hacer corta y que nadie salga lastimado. Poné la plata en una bolsa y llevala al medio de la calle. Y no llamen a nadie porque estamos en la casa de su hija. Si suena un teléfono acá, hacemos un desastre", amenazaron los captores virtuales.
A esa altura, en la casa había tomado el teléfono el padre de la supuesta secuestrada, quien dijo que tenía 1.000 dólares en su casa, aunque los delincuentes pedían una suma mayor. "Dale que ahí tenés más plata", exigían. Cada tanto, le pasaban el teléfono a la joven capturada, quien lloraba y pedía que realizaran el pago.
El padre juntó el dinero, lo metió dentro de una bolsa y salió a la calle con el teléfono inalambrico. Cuando miró para la esquina, divisó a tres personas, una de ellas con campera blanca y capucha (después se descubrió que nada tenían que ver con el hecho). "No la puedo dejar acá porque hay tres tipos en la esquina", advirtió. Del otro lado se escuchó la orden "entrá, entrá".
Los captures rearmaron la estrategia para realizar el pago y le ordenaron a la mujer que saliera y dejara el dinero en un auto negro que se encontraba estacionado en la otra esquina. Muy nerviosa, la víctima salió y se dirigió a la esquina incorrecta, tiró la bolsa y regresó.
Allí se vivieron minutos de tensión ya que los delincuentes no podían encontrar la entrega ante esta confusión. Finalmente, al dar con el pago, los delincuentes ordenaron: "En cinco minutos llamá a tu hija". Al comunicarse con ella, su voz de dormida dejó al descubierto el engaño. Ya era tarde.