Embarazo no deseado... el amor lo puede todo

Parece que muchas veces el amor va de la mano del sufrimiento, a veces incluso cuanto más sufres parece que más le quieres, o que es necesario sufrir para demostrar todo lo que sientes...

Cuando tenemos 15 años, algunos menos, algunos más, y tenemos nuestra primerísima relación de pareja, todo es nuevo, todo es amor, todo es felicidad, todo es de color rosa o vives en una nube. Eso nos creemos y no está tan mal, es una etapa que toda persona tiene que vivir. Es una sensación muy bonita y gratificante.
Pero eso de que el amor lo puede todo, eso de que contigo, pan y cebolla, eso de que mi novio sabe todo lo que yo quiero sin ni siquiera decírselo, al final se cae por su propio peso. Esos desengaños que nos llevamos son ley de vida. Están ahí y aprendemos de ellos, son inevitables.
Parece que muchas veces el amor va de la mano del sufrimiento, a veces incluso cuanto más sufres parece que más le quieres, o que es necesario sufrir para demostrar todo lo que sientes... También hay momentos, y esperemos que sean los que más que son llenos de alegría y felicidad, si no fuera así... mal asunto.
Bueno, eso son cosas que no se pueden evitar, que van con nosotros y que nos toca vivir para aprender y seguir viviendo. Pero sufrir de forma gratuita; no, gracias.
No tiene porqué ser en tu primera relación, ni en la segunda, pero puedes verte metida en un problemón del que eras consciente pero que, claro, ¡a mí no me va a pasar! Todos tenemos una amiga que se ha quedado embarazada y que ha tenido que ir al hospital y que le han metido el aspirador ese y todas esas historias que, por otro lado, no se alejan mucho de la realidad. O también tenemos esa amiga que el sábado pasado se tiró al camarero y está "súper agobiada" ¡porque no le baja la regla!
En fin, todo esto son cosas evitables.
Sufrir por amor, no lo es. Quedarse embarazada sin quererlo, lo es. Siempre pensando que no ha sido un accidente en el que el preservativo se ha roto... En estos casos, mala suerte, aunque el fin es el mismo.
Mejor si diferenciamos dos tipos de relaciones y vemos lo evitable que es esta situación:
La primera, la de los novios. En esta es tan fácil de evitar como ir al ginecólogo y que te receten anticonceptivos hormonales, y los tenemos de tres tipos, así que hasta podemos elegir: orales (la clásica píldora); en parches; anillo vaginal.
Luego tenemos la opción del DIU.
El segundo tipo de relación, son las esporádicas...el "aquí te pillo, aquí te mato". Bueno, es una opción, y aquí se debe elegir un anticonceptivo de barrera, elegimos entre: condón; espermicidas; diafragma.
Si utilizamos cualquiera de todas estas opciones que yo he dado, aparte de no vernos con un bombo con 15, 17, 20 o 22 años, evitaremos contagiarnos con enfermedades, hartos todos de oírlas.
Lo último que digo, en el caso de tener mala suerte y que el preservativo se rompa o cualquier accidente no deseado, tenemos una última salvación, LA PÍLDORA DEL DÍA DESPUÉS, la píldora poscoital.
Este no es un método anticonceptivo y por supuesto no debe tomarse con regularidad, sólo en casos de emergencia y en las 72 horas siguientes a la relación, al cabo de otras 12 horas nos tomaremos otra.
Esta píldora nos alterará nuestro ciclo reproductor, paralizando el embarazo casi en un 100% de posibilidades.
Así que ya sabéis, si no queréis darle el disgusto a vuestra madre o padre y no sufrir las consecuencias de un calentón.... ¡hay fácil solución!

Fuente: Euroresidentes