Más que mil palabras

Manuel Scarnatto dio un recital el viernes pasado. El artista joven se perfila como un guitarrista sumamente eficaz. Este músico se nutre de la mejor y más diversa tradición musical. Habló al respecto con EL CIVISMO Digital.

Manuel Scarnatto dio un recital acústico en el bar Barcelona (Alsina 1064). Participaron, como invitados, José Ramón Mierez (caja) y Leandro Casot (guitarra). El evento se distinguió por la selección de temas, interpretados con la destreza típica del músico. EL CIVISMO estuvo presente y conversó con él.
Manuel es un músico joven (20 años). Formó parte de Namasté, una banda de folklore fusión local, en la cual experimentó, junto a otros cinco músicos, el hecho de tocar en distintos escenarios de Buenos Aires. En la actualidad, integra Fruta, un trío de jazz / rock, que recién empezó a tocar en público. Próximamente, comenzará a ensayar con otro trío de jazz fusión, con músicos también de Luján.
Con respecto a su formación, Manuel comentó lo siguiente: "Arranqué a estudiar a los doce, es decir, hace ocho años, motivado por la idea de poder llegar a tocar con mi hermano mayor. Así que fui a tomar clases con Alberto Pereira (un gran guitarrista de tango de Luján). Estuve más o menos un año; luego empecé con Florencio Jurado (otro talentoso músico de Luján), quien me adentró en el mundo de la improvisación y el jazz. Hoy en día, aprendo de lo que escucho, de lo que veo y puedo robar, junto a otros músicos y amigos".
Sobre sus referentes musicales, dijo que "si tuviera que nombrar músicos que me hayan influido, pensaría en Luis Salinas, Joe Pass, Michel Camilo, Paco de Lucía, Víctor Wooten, entre otros; pero la lista es interminable, tengo la suerte de tener un gusto musical variado, desde folklore, tango, jazz, pop, rock, reggae, math music, hasta música electrónica".
La elección del repertorio del recital del viernes tuvo que ver, según Manuel, con cómo logró "conectarse con la canción a lo largo de los años". Y agregó: "Hay una mezcla, hay temas tanto folklóricos como jazzísticos, y otros propios". Los propios fueron tres: Limonada, Hasta el norte y Kiwi. El resto, Domingo a la mañana, Étude, Homenaje a Baden Powell, Alfonsina y el mar, Adiós, Nonino, Libertango, All the things you are, Autumn leaves, Isn´t she lovely, Chameleon, Canteloupe sland, Entre dos aguas y Sunny. Todos los temas se relacionaron, generando un todo homogéneo que invitó a una escucha atenta.
Esta es una imagen parcial de Manuel. No sería justo hacerlo hablar mucho más de su obra, como a cualquier otro artista. Valgan, pues, como cierre, estas palabras: "La búsqueda que llevo a cabo es dar lo que soy y lo que puedo dar por medo del sonido. La canción es sólo un medio, son vibraciones; lo que quiero que se escuche es el mensaje, la emoción. No tengo mucho más para decir. Al igual que en vivo, casi no hablo, ya que lo que quiero decir no está en las palabras".